El hermoso municipio de Tela te invita a celebrar su gran feria patronal este 13 de junio en honor a su sato patrón San Antonio.
Historia
Tela, fue la primera población fundada por los españoles en Honduras. La ciudad fue fundada el 3 de mayo de 1524, por el conquistador español, Cristóbal de Olid, bajo el nombre de Olid como buen católico reconoció la fecha como día en la cual, los católicos celebran el día de la cruz.2Sin embargo, para los habitantes de la ciudad el nombre resultaba demasiado amplio, por lo que al poblado, se le abreviaba como ‘Tela. La ciudad llegó a ser conocida simplemente por Tela. El nombre Triunfo de la Cruz, fue retenido por un pequeño promontorio en la bahía continuo a la hoy ciudad de Tela. Otras versiones del nombre de la ciudad, indican que su nombre proviene de una contracción de ‘Tetela’, que una lengua indígena significa, «tierra fragosa de montes y sierras».
La ciudad originalmente fue fundada en la vecindad de un pueblo indígena llamado Tehuacán, que con muy buena fuente de agua pura, alimentos y plantas medicinales, era controlado por el cacique Cucumba, quien convenció a los españoles de que era un buen lugar. Varios meses después de fundada, la municipalidad fue disuelta y paso a formar parte de la jurisdicción de la Villa de Trujillo. A finales del siglo XVI, la bahía de Tela era frecuentada por los bucaneros que merodeaban el mar Caribe, buscando la manera de asaltar las goletas españolas que acarreaban fortunas en metales y piedras preciosas, procedentes de Trujillo, Puerto Cortés, La Habana y otros puertos del Atlántico. En 1825, año en que se hizo la primera división política territorial, Tela formaba parte del Departamento de Yoro. En 1876 le dieron la categoría de Municipio.
Con la creación del departamento de Cortés, el 4 de junio de 1893, Tela paso a formar parte de Cortés. Posteriormente, el 17 de julio de 1894, pasa nuevamente al departamento de Yoro; pero en 1902, pasa a formar parte del departamento de Atlántida. El puerto de Tela alcanzó la categoría de ciudad en marzo de 1927.
Entre los años 1860 y 1900 la economía se basó en el cultivo y producción del banano en Honduras. Ya para 1912, el gobierno empezó a dar concesiones a nacionales y extranjeros que quisieran promover la economía del lugar, dando así, comienzo a la gran época de las empresas bananeras en el país.
Durante esta época, la pequeña población tuvo un tiempo de mucho esplendor cuando la transnacional bananera, Tela Railroad Company tuvo sus oficinas principales aquí.3Tela se constituyó en municipio el 2 de junio de 1876 bajo el gobierno del presidente constitucional de la república, Doctor Marco Aurelio Soto. A partir de 1912 la United Fruit Company (UFCO) generó el 80 por ciento de los empleos de la zona. En 1930 con el traslado de la United Fruit Co. al valle de Sula, Tela se vio en serios problemas de desempleo. En 1976, esta compañía devolvió a la municipalidad de Tela las tierras que ocupaba.
El potentado bananero influyó mucho en las decisiones estatales hasta crear una forma de gobierno paralela que duró varias décadas del siglo pasado. Tras la desaparición de la Tela Railroad Company, la pequeña ciudad cayó en un letargo del que ha comenzado a despertar en tiempos recientes.
Antonio de Padua, también conocido como san Antonio de Lisboa (Lisboa, Reino de Portugal, 1191 a 1195 – Padua, 13 de junio de 1231), fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia por el catolicismo.
Su capacidad de prédica era proverbial, al punto de ser llamado «Arca del Testamento» por Gregorio IX. Las citas bíblicas en los Sermones dominicales y Sermones festivi —ambas obras de su autoría acreditada— superaron el número de seis mil, lo que supone un nivel de conocimiento escolástico que justifica el título específico que se le adjudicó, doctor evangélico. Sus predicaciones —en particular la de la Cuaresma de 1231— alcanzaron un éxito notable. Sus palabras y obras ante la multitud de personas que acudían a escucharlo fue recogida con el lenguaje propio de la época en Assidua, la primera biografía de Antonio de Padua, escrita por un autor anónimo contemporáneo suyo:
Reconducía a la paz fraterna a los desavenidos, […] hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia […]. Liberaba a las prostitutas de su torpe mercado, y disuadía a ladrones famosos por sus fechorías de meter las manos en las cosas ajenas […]. No puedo pasar por alto cómo él inducía a confesar los pecados a una multitud tan grande de hombres y mujeres, que no bastaban para oírles ni los religiosos, ni otros sacerdotes, que en no pequeña cantidad lo acompañaban.
Antonio nació en Lisboa, de allí que el Martirologio romano lo llama «Lusitanus». La casa donde se estima nació el santo, en el barrio medieval de la Alfama, fue destruida completamente en el terremoto que arrasó Lisboa el 1 de noviembre de 1755 y sólo se conserva un pequeño sótano. Su nombre secular era Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio en 1220 cuando entró en la Orden de los Frailes Menores. La fecha de nacimiento no es precisa, y se estima entre 1191 y 1195, en el seno de una familia de buena posición en la sociedad lisboeta.
Educación y entrada en la vida religiosa
Se educó en la escuela catedralicia local. Contrariando los deseos de su familia, Antonio ingresó en la abadía agustina suburbana de San Vicente en las afueras de Lisboa, perteneciente a los canónigos regulares de san Agustín. Los monjes de la orden de San Agustín de la cual él era miembro eran famosos por su dedicación a los estudios. Antonio estudió las Sagradas Escrituras y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona, Gregorio Magno y Bernardo de Claraval. También estudió los clásicos latinos, como Ovidio y Séneca. Luego de dos años, y tras obtener el permiso de sus superiores religiosos, se trasladó en 1210 al monasterio agustiniano de Santa Cruz en Coímbra, para continuar sus estudios. Se trataba de un reconocido centro de cultura eclesiástica, donde tuvo oportunidad de profundizar la disciplina religiosa, su conocimiento de la Biblia y el ejercicio de la Lectio divina.
A principios de 1220, tres sacerdotes (Berardo, Pedro y Otón) y dos hermanos legos (Acursio y Ayuto), todos ellos de la orden franciscana, fueron asesinados en Marruecos. Conducidas sus reliquias a Coímbra, el evento produjo un cambio decisivo en la vida de Antonio, quien en el verano de 1220 mudó de orden y se hizo franciscano. En ese momento adoptó el nombre de Antonio en honor de san Antonio Abad a quien estaba dedicada la ermita franciscana en la que él residía. Antonio partió para Marruecos pero enfermó gravemente durante el invierno de 1220, lo que lo hizo retornar. En el trayecto una tempestad violenta desvió su barco a Sicilia, y allí tuvo noticias del Capítulo general convocado en Asís.