El castillo fue construido por el doctor e ingeniero italiano, Alberto Bellucci, quien emigró a Tegucigalpa a principios del siglo XIX.
En el corazón de Tegucigalpa hay una “huella” italiana que evoca la llegada de los primeros emigrantes europeos a la capital hondureña, en el siglo XIX. Se trata del Castillo Bellucci, ubicado entre el barrio La Leona y La Ronda, en el centro histórico de la ciudad.
El 70 por ciento del inmueble de piedra está en ruinas. Sin embargo, al ver los recintos y un par de torreones que se mantienen “en pie”, los vecinos del sector sueñan con que el Estado adquiera el castillo y que este sea restaurado, para convertirlo en un museo de la historia tegucigalpense.
La hermosa obra arquitectónica fue construida por don Alberto Bellucci, ingeniero industrial y doctor en química y farmacia, quien nació en la provincia de Todi, Perugia, Italia, en 1884, y llegó a Honduras en 1913.
Bellucci fue docente de la Facultad de Ingeniería y de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional; fundó la marmolería “La Italiana” y se desempeñó como cónsul de Italia en Honduras.
El capitalino Jorge Valladares, representante de los vecinos del barrio La Leona, relata que “don Alberto Bellucci, más o menos en el año 1924 a 1930 se instala en esta zona, que él decía que le recordaba mucho a las vistas de Italia”, pues todas las casas tenían rojizos tejados y no había edificios modernos.
El castillo fue construido por el doctor e ingeniero italiano, Alberto Bellucci, quien emigró a Tegucigalpa a principios del siglo XIX.
“Él, para el año de 1940 ya tenía terminado el Castillo Bellucci, pero la edificación, cuando él murió, que fue en 1967, quedó en manos de una hija que se había casado con un salvadoreño”.
Al morir Bellucci, a los 84 años, su castillo fue vendido en dos partes: una en la parte sur, “que son los apartamentos Bell, con un detalle bastante italiano y la parte norte que es esta, que es el castillo”.
UN PROYECTO CULTURAL
Hoy, los restos de esta hermosa edificación están en venta y esto ha inspirado a vecinos e instituciones a unir esfuerzos para que en un futuro no muy lejano se convierta en un espacio cultural para difundir la historia capitalina.
Esta foto de don Alberto Bellucci forma parte de la colección de José Rosa, descendiente del italiano.
El inmueble fue fabricado con distintos tipos de piedra de las canteras capitalinas.
“Un grupo de vecinos e instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia, la misma Alcaldía Municipal del Distrito Central, tenemos un plan conjunto para estudiar la posibilidad de rescate de esta edificación, basados en la oportunidad de que los propietarios actuales la tienen en venta”.
¿En qué consiste el proyecto? Valladares cuenta que “la UNAH sugiere, junto con la opinión de vecinos, y de expertos en antropología e historia, que se pueda hacer un recuento gráfico de la ciudad”.
“Si lo han notado, ver las fotografías de la Tegucigalpa antigua, solamente en las redes sociales, no hay un museo dedicado para que el ciudadano pueda identificar las diferentes etapas históricas, arquitectónicas, pero sobre todo antropológicas”.
El representante de los vecinos del barrio La Leona, Jorge Valladares, recordó que el inmueble fue convertido en cuartería, al morir Bellucci.
Por ahora, los vecinos han creado una página en Facebook, en la que comparten recuerdos y anécdotas que vivieron tanto en el Castillo Bellucci, como en el barrio La Leona.
Entre los comentarios, aparece uno de doña Alexandra Quintanilla, nieta de don Alberto, quien relata que “vivíamos en San Miguel, El Salvador, y todos los fines de semana visitábamos al Nono Alberto, quien esperaba con mucha alegría la llegada de sus nietos”.
“Recuerdo que cada fin de semana que llegábamos, el Nono nos hablaba del castillo que había construido para sus nietos y por ello nosotros nos sentíamos los dueños del castillo”.
En estas gradas del lado del barrio La Ronda se ubica la entrada principal al castillo.
Quintanilla agrega que “cuando veo el Castillo Bellucci, veo a mi Nono y el legado que dejó a Honduras, veo también a sus empleados, que miraba como sus alumnos, a quienes quería heredarles sus conocimientos de construcción y uso de las piedras calizas de Honduras, para que su presencia sobreviviera a su existencia física”.
¿QUÉ TAN DAÑADO ESTÁ?
La jefe de la Unidad de Patrimonio Inmueble y Monumentos del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, ingeniera Alejandra Gámez, expresa que el inmueble conocido como el Castillo Bellucci forma parte del inventario de bienes culturales del Instituto y por lo tanto está protegido por el mismo.
En este recorte de 1979 se observa el castillo con un menor deterioro que el actual.
¿Qué tan dañada está la edificación? Gámez señala que “lastimosamente el inmueble tiene un grado de daño muy avanzado, podríamos decir que se conserva únicamente el 30 por ciento de la construcción original”.
“Sin embargo, en el estado de ruinas en el que está, se observan algunos elementos de arquitectura de influencia italiana, el uso de la piedra, es de un estilo ecléctico…”.
“El valor que tiene es de arquitectura patrimonial que debe restaurarse y conservarse, siempre y cuando se conserven sus elementos y que el uso sea compatible, ya sea residencial o comercial o cultural”, advierte la funcionaria.
EMIGRANTES EUROPEOS
Por su parte, el historiador del IHAH, Dennis Portillo, señala que el castillo evoca la segunda “oleada” de emigrantes europeos que llegaron a Honduras, en el siglo XIX, especialmente alemanes y franceses, quienes se radicaron en Choluteca, para dedicarse al comercio.