El municipio de San Nicolás se encuentra festejando su feria patronal, le rinde honor a San Nicolas en su día este 10 de septiembre, visita este hermoso lugar y conoce su gente, tradición y actividades religiosas.
San Nicolás es una municipalidad en el departamento de Copán, en Honduras.
Se cree que fue fundado en 1835. En el Censo de 1887 figuraba como Municipio del círculo de Trinidad.
El municipio colinda al norte con el municipio de Nueva Arcadia, al sur con el municipio de Trinidad de Copán, al este con el municipio de Protección y al oeste con el municipio de La Jigua. Está situado en la parte septentrional del departamento y su cabecera se encuentra sobre el trazo de la carretera de occidente.
SAN NICOLAS
San Nicolás, también conocido como San Nicolás de Myra tenía la cualidad de dar regalos en las fechas de invierno o San Nicolás de Bari (en Occidente, por el lugar donde fueron trasladados sus restos) fue un obispo que vivió en el siglo IV. Más de dos mil templos están dedicados a él en todo el mundo.
En Oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero en Occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los musulmanes conquistaron Anatolia, un grupo de cristianos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se le adjudicaron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor.
Su nombre es notable también fuera del mundo cristiano porque su figura ha dado origen al mito de Santa Claus (o Klaus), conocido también como Papá Noel.
Son muchos los milagros que se le atribuyen. Uno de los de mayor repercusión es el que cuenta que, siendo aún joven, se compadeció de un desquiciado hidalgo de la localidad de Patara, en la Licia, que habiendo caído en la más absoluta miseria se había visto obligado a prostituir a sus tres hijas (según la leyenda hermosas y honestas). Para remediarlo, el santo de Bari echó tres zapatos —según otras versiones bolsos— llenos de oro, en otras tantas noches por la ventana del cuarto «donde dormía aquel padre desnaturalizado, con lo que proveyó el remedio oportuno».
En otra versión, que haría historia, dejó caer por la chimenea unas monedas de oro que milagrosamente cayeron en unas medias de lana que las jóvenes habían dejado secando, y de aquí se supone la tradición de colgar las medias tejidas que sirven para recibir regalos en Navidad. Así también, en ocasiones se representa al obispo de Myra con tres monedas de oro en las manos.